viernes, 14 de diciembre de 2018

Leyendas de motoristas y carreteras.

Leyendas de motoristas y carreteras.

Los fantasmas pueden aparecer de muchas formas, desde figuras, a extrañas luces, como sombras oscuras, más negras que la oscuridad que las rodea.
Estas entidades pueden materializarse en nuestra realidad cuando cruzan el velo que separa nuestros mundos.
Muchas de estas historias vienen de los albores de nuestra historia pagana, luego mutaron en la Edad Media para “cristianizarse” hasta nuestros días, cambiando elegantes caballos por grasientas y humeantes maquinas, el jinete poco ha cambiado.
Los cruces de caminos, siguen siendo lugares mágicos donde el diablo acecha y también donde enterrar todo aquello que queremos desterrar de nuestras vidas.
Las tapias de los cementerios de las aldeas que encontramos por perdidas carreteras comarcales siempre han brillado de esa forma extraña a la luz de la luna, o alumbradas por antorchas de viajeros y ahora con la mortecina luz de nuestras motos.
En la ciudad nos olvidamos de la oscuridad. Pero sentimos el mismo escalofrió nosotros mirando un mapa de noche en una carretera rodeados de bosque, que un correo a caballo de la Legio X Gémina comprobando también su pergamino, cuando la brisa mueve las ramas y creemos escuchar nuestro nombre.
Queremos hacer una recopilación de leyendas e historias sobre y para el mundo de la moto. Un nuevo subconjunto que recopile vivencias, experiencias, historias contadas en soleados días de verano durante un almuerzo o alrededor de una hoguera con los gorros calados y sujetando una taza metálica de café con los guantes puestos en una fría concentración invernal.
Estos son los casos de espectros, y fantasmas vagando por carreteras y cunetas durante la noche, o durante el día...

“Retiembla un gran trueno en el aire, y el potro se encabrita, con amenaza de desarzonar al jinete. Entre los maizales brillan las luces de la Santa Compaña. El caballero siente erizarse los cabellos de su frente, y disipados los vapores del rostro.
Se oyen gemidos de agonía y herrumbroso son las cadenas que arrastran en la noche oscura las ánimas en pena, que vienen al mundo para cumplir penitencia”

Ramón María del Valle-Inclán
"Comedias bárbaras"

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