viernes, 19 de abril de 2019

Las hermanas Touza

"Las madres"

Salvaron a mas de 500 judíos, que huían del Holocausto, pero para explicar esta historia nos tenemos que remontar a las vías que utilizaban para llegar a España desde la Europa ocupada y de la situación de nuestro país durante el conflicto.

Pongámonos en situación:

Durante los dos primeros años de la  II WW, pasar la frontera era relativamente fácil, Los refugiados que llegaron a España, lo hicieron a través de los puestos fronterizos y pudieron cruzar el país sin problemas para embarcar en puertos españoles o portugueses. Esta situación cambió al poco tiempo. El gobierno español, presionado por Alemania, restringió la emisión de visados de entrada al país, donde seguía vigente una normativa sobre el paso de fronteras, claramente anti-semita.
La situación cambia de forma radical en noviembre de 1942, cuando los alemanes ocupan la "Francia Libre" y se establecen a lo largo de toda la frontera con España. Inmediatamente se ordena el despliegue militar a fin de cerrar los pasos fronterizos, por parte de Alemania.
La fundación de la Francia libre tuvo lugar el 18 de junio de 1940, fecha en que el General Charles de Gaulle, dirige el llamamiento a los franceses desde la BBC de Londres para continuar combatiendo al enemigo bajo la promesa de la victoria final y la liberación de Francia, tanto del Gobierno de Vichy (en ese momento en proceso de formación) como del invasor alemán.
A partir del 13 de julio de 1942, la Francia Libre pasó a ser denominada Gobierno de la Francia Combatiente (Gouvernement de la France Combattante), o simplemente Francia Combatiente, por el Comité Nacional Francés, presidido por el general De Gaulle. Esta nueva denominación marcó el inicio de una etapa en la que «los grupos que en el interior del país participaban activamente en la resistencia»​ se unieron con la Francia Libre, reconociendo oficialmente su autoridad.​



Port-Bou.(Cataluña) Puesto de vigilancia alemán, en el lado francés. conocido como "la caseta de los alemanes" La primera lengua de tierra, es España
A la dificultad  de la orografia pirenaica, que ya de por sí constituye un obstáculo, debemos añadir otros factores que contribuirían a que el paso de territorio francés a territorio español, a pesar de la contigüidad entre ambos, se convirtiera en una aventura arriesgada y a menudo mortal: desde las inclemencias meteorológicas, las dificultades propias de la alta montaña, la actuación de guías sin escrúpulos o la posibilidad de una detención y una posterior repatriación al país de salida. Todo un conjunto de elementos que, en ocasiones, harían que la situación fuera trágica para los ciudadanos extranjeros que se dirigían a España buscando la libertad.

Fotografia del paso por el Coll de la Clavera. (Pallars Sobira)
Los momentos más duros se producían en invierno, cuando el frío y  nieve convertían el paso en una auténtica odisea y provocaban numerosos accidentes,
Como el que sufrió, el 22 de noviembre de 1942, el ciudadano luxemburgués Frederic Grewell, que murió después de caer a un canal cerca de Martinet de Cerdanya (Lerida).
August Bizieres, en el momento de ser detenido en Viella (Lerida), el 17 de diciembre de 1943, padecía graves congelaciones en el pie derecho como consecuencia de haber estado días caminando por la nieve.
Sortear la vigilancia se convirtió en su principal objetivo, por lo que se estudiaba hasta el último detalle de cada expedición y se abandonaban algunos itinerarios para pasar por otros menos vigilados. A pesar de ello, no se pudieron evitar distintos incidentes, alguno. El caso más destacable tuvo lugar la noche del 28 de junio de 1943, cuando el guía que acompañaba a un grupo de evadidos tiroteó a una pareja de soldados alemanes que les había interceptado en el puerto de Salau (Lleida). Uno resultó muerto (Heinrich Schwarz), y el otro, herido (Franz Reichegger).

En el libro Pyrénées de la liberté. Les evasión par l'Espagne 1949-1945, cuantifica así los muertos:
12 muertos por los alemanes cerca de la frontera,
6 a consecuencia de incendios provocados en granjas, al hacer fuego para calentarse, comer...
25 en la montaña
223 en las deportaciones (los arrestados en la frontera, tanto guías como refugiados, van directamente a campos de deportación.
En total ofrece la cifra de 266 muertos entre 1939 y 1945. Por su parte, la Confédération Nationale des Anciens Combatants Français Evadés de France et des Internés en Espagne cuantifica los desaparecidos en 450, incluidos los abatidos durante el paso de los Pirineos, los muertos en accidentes de montaña y los fallecidos en las prisiones españolas.

Montañas del Pirineo, abajo, Andorra.  foto de la época
Otro contratiempo que debieron superar los que cruzaban la frontera fue la falta de escrúpulos de algunas personas que efectuaban tareas de guía y que se convirtieron en sádicos criminales al robar, abandonar e incluso, asesinar a sus clientes.
El Principado de Andorra se lleva la palma en esta leyenda negra, que ya comenzó, con los republicanos españoles que huían a Francia en 1938 y continuo con los refugiados europeos que escapaban de la invasión nazi.
En Andorra el contrabando, no era delito y contaba con una larga tradición. Pero esa actividad no impidió que antes de la Guerra Civil Española fuera un país de notoria pobreza. el súbito ascenso económico ha contribuido a alimentar la leyenda, que en gran parte se nutre de las fabulosas fortunas que algunas familias andorranas amasaron precisamente durante la Guerra Civil Española y la II WW. Fortunas que, según los persistentes rumores, en algunos casos habrían surgido del saqueo de los judíos a los que debían guiar.
La publicación en 1977 en la revista Reporter –antecesora de Interviu—de un largo y escabroso artículo de Elíseo Bayo “Matanza de judíos en la frontera española” 


En su artículo, Bayo explica haber encontrado algunas de las fosas en los que habrían sido enterrados los fugitivos, indicando lugares, dando nombres, mostrando esqueletos y levantando una gran polvareda que sacudió toda Andorra. Hasta el punto de que la policía andorrana inició una  operación de secuestro de los ejemplares por el Principado y por España, supongo que al gobierno español de la época, en plena transición después de la dictadura, tampoco le interesaba remover estos asuntos. Esta la única medida que adoptaron las autoridades andorranas. No fueron a buscar las fosas ni a comprobar la veracidad del artículo, aunque solo fuera para desmentirlo.
Bayo afirmaba que “el miedo a las represalias cierra la boca de los que saben algo”. Según varias fuentes, el guía que les mostró las fosas a él y a su equipo en 1977, apareció muerto, despeñado en un barranco.
Andorra fue uno de los pocos territorios europeos por los que la guerra pasó de largo. ¿Es posible que allí se industrializara el asesinato de refugiados? Y de ser así, ¿de cuántos muertos estaríamos hablando? ¿ Solo de dos matrimonios belgas, como dijo en el documental de Tv3"Fugint dels nazis" el antiguo pasador Quim Baldrich, que habrían sido asesinados cerca del Estany Negre? “Les jodimos a las mujeres y los matamos”, le admitió entonces el asesino a Quim Baldrich . En el mismo programa otros dos ex-pasadores, Enric Mélich y Joan Català, aportaron testimonios similares de otros asesinos.


El historiador andorrano Claude Benet hace años que pide que se investiguen a fondo estos rumores, aunque sólo sea para desmentirlos de una vez: Hubo guías andorranos que arriesgaron su vida pasando fugitivos, por convicción ideológica o por humanidad, como Francesc Viadiu, Francesc Areny Naudi, los citados Baldrich, Mélich y Català u otros menos conocidos como Josep Ibern, Salvador Calvet o Joan Peremiquel.

Británicos y norteamericanos impulsarán la mayor parte de las redes de evasión, que, además del paso de personas, podían encargarse de llevar documentación dirigida al ejército aliado organizado en el norte de África o en Inglaterra vía Gibraltar y a los distintos gobiernos en el exilio establecidos en Londres. Por otro lado, muchas veces, en las expediciones de vuelta desde España se aprovechaban para pasar informes, dinero y material que se destinaban a organizar la Resistencia 
Existieron numerosas redes de evasión, cada una especializada en pasar por un determinado territorio, conducir refugiados de una nacionalidad concreta y militares o pilotos aliados. Cada red tenía varias ramificaciones en función del itinerario programado para efectuar el paso. La más conocida de las redes británicas que actuó en los Pirineos catalanes es la llamada Pat O'Leary. Sus orígenes se encuentran en Marsella a finales de 1940, cuando varios militares británicos entran en contacto con el maestro anarquista español, residente en Toulouse, Francisco Ponzán, que disponía de un grupo de apoyo formado por guías de firmes convicciones antifascistas, conocedores de los pasos pirenaicos y con numerosos contactos a ambos lados de la frontera. El grupo de Ponzán, que también trabajó para los servicios secretos franceses y belgas, se encargó fundamentalmente de pasar a aviadores abatidos en territorio francés a través de distintas rutas. Se calcula que el grupo Ponzán, y por extensión la red Pat O'Leary, ayudó a unos 3.000 refugiados, y un centenar de los miembros del grupo acabaron detenidos por la Gestapo.

Principales rutas de  evasión, en azul Pat O'Leary

 Rutas de evasión

La embajada alemana se ocuparía de denunciar reiteradamente el trabajo de los guías españoles y de desenmascarar las redes de evasión a fin de que el gobierno de España procediera a la detención de los implicados. En agosto de 1942 se notifica la existencia de una organización dedicada a transportar extranjeros desde Perpiñán hasta Pertús  por un precio que oscilaba entre 10.000 y 15.000 pesetas. Una vez en España, son trasladados a Lisboa; los que quieren ir a África son transportados a la isla de Mallorca y de allí pasan al norte del continente africano en pequeñas embarcaciones, mientras que los que pretenden ir a Gibraltar, primero son conducidos hasta Huelva y desde allí, en pequeños barcos cargados de minerales, llegan al Peñón. Se incide particularmente en el paso de personas desde Oceja hasta Puigcerdà y desde aquí hasta Barcelona en ferrocarril pasando por Berga y Guardiola de Berguedà. Toulouse y Perpiñán eran los dos centros donde se establecieron la mayor parte de las redes de evasión que realizaban actividades en los Pirineos catalanes.

Galicia durante la II WW

El Führer convirtió a Galicia en un enclave estratégico de la II Guerra Mundial. Las minas de wolframio y sus costas hicieron de la tierra de Franco un objetivo de primer orden durante la contienda. 
El Wolframio, también llamado Tungsteno, es un metal bastante raro que se encuentra en forma de óxido y de sales en ciertos minerales. Es muy denso y extremadamente duro, además de tener el punto de ebullición más elevado (5.555 grados) por lo que es utilizado en maquinarias de precisión, electrodos de soldaduras,filamentos de lámparas incandescentes, instalaciones electricas, etc. Además sus usos bélicos son sumamente importantes, y los nazis estaban al tanto de las maravillas del wolframio en el terreno militar, como para producir proyectiles anti-tanque y reforzar el blindaje de los carros de combate , gracias a su extrema resistencia.
El wolframio, fue determinante durante la guerra. Una demanda que, tras el cierre en el año 40 de las minas de Corea y China, convirtieron a Galicia en la principal proveedora de la industria armamentística. Según, Grandío, el 90% del material de wolframio en España se producía en Galicia, en especial en las comarcas de O Barbanza, Bergantiños, Xallas o Valdeorras. "Los alemanes buscaron este material, de difícil localización, en Galicia, porque les resultaba un régimen amigo y además se les debía su participan en la Guerra Civil. Fue una manera de cobrar esa deuda"

Seis años en los que Galicia, por la posición neutral que mantuvo España en el conflicto, sirvió de vía de escape de miles de judíos que huían del nazismo.
Las relaciones comerciales del Caudillo con Hitler también abrieron en la comunidad gallega una puerta de escape para destacados dirigentes nazis en la última etapa de la II Guerra Mundial.

Su emplazamiento privilegiado también posibilitó la ubicación de sistemas de vigilancia, tanto de las fuerzas del Eje como de los Aliados. "Resulta muy curioso constatar la existencia de redes de espionaje e información de ambos bandos del conflicto, en una Galicia devastada por los años de la Guerra Civil y fracturada social e ideológicamente en dos comunidades: la de los vencedores y los vencidos"
En 1940 se construyen en Arneiro  (Lugo) las tres antenas de comunicaciones alemanas de la estación Sonne 15 como parte de la Red Sonne de comunicaciones y radio-guía alemana, destinada a cubrir las zonas del Atlántico y Golfo de Vizcaya, serían usadas por la Kriegsmarine y la Luftwaffe para guia y comunicación a sus submarinos y aviones y eran operadas por personal alemán, en secreto naturalmente, ya que España era "neutral" durante la Segunda Guerra Mundial. 
Se sitúan en la carretera LU-113, (Lugo-Abadín), en los kilómetros 20,3; 17,5 (donde existía un pequeño cuartel) y el kilómetro 14,7. La altura de cada antena era de 102,5 m. y su alcance estaba entre 1.000-1.200 km. formando parte de la red de estaciones que cubrían el hemisferio norte de la Tierra (cuatro en Francia, tres en Noruega, una en Holanda, una en Polonia, una en Alemania y dos en Andalucía). Una pequeña construcción con equipos de control de emisión se situaba a unos cuatro km. de la estación central.
En la actualidad la base se encuentra totalmente derruida, la torre norte fue derribada por efecto del viento durante el invierno de 2006. Las otras dos de las tres torres que formaban el complejo y se mantenían en pie fueron derribadas el 24 de enero de 2009, por un temporal,​ durante este temporal también fueron derribados grandes pinos que cayeron sobre algunos de los barracones de la estación central.

Las antenas de Arneiro, cuando todavía estaban en pie



El Aeródromo de Rozas fue construido por los alemanes durante la II Guerra Mundial con el fin de proporcionar un mantenimiento rápido a las antenas del radiofaro de Arneiro
Situado en la localidad de Rozas (municipio de Castro de Rey, provincia de Lugo), el aeródromo estaba constituido por tres hangares de considerables dimensiones, se dice que operado por personal alemán, aunque esto no es verdad; el aeródromo era atendido por soldados del Ejército del Aire Español. Además de los tres hangares, disponían de barracones auxiliares.

Aeródromo de Las Rozas
Las Rozas, hoy en día


En su ponencia "Galicia y la II Guerra Mundial. Una historia desconocida", Grandío analiza las tres cuestiones que, a su juicio, convirtieron a Galicia en una de las comunidades más importantes desde el punto de vista geoestratégico para Hitler: las minas de wolframio, la línea de costa y las redes de espionaje alemanas y contra-espionaje británicas. "Galicia pudo convertirse en otra Normandía –asegura Grandío– e incluso en la vía de entrada del Ejército nazi en su conquista del espacio naval europeo. En esta guerra, el territorio gallego siempre fue observado. Todos los que participaron en el conflicto lo sabían, también las autoridades franquistas, que jugaban sus bazas en un escenario europeo cambiante".

Entre 1940 y 1942, hasta 23 submarinos alemanes utilizaron los puertos gallegos para abastecerse gracias a los barcos mercantes amarrados allí previamente. El inicio de las hostilidades ofreció la excusa perfecta a los mercantes alemanes para permanecer anclados en los puertos gallegos y servir como buques de suministro para los submarinos.
Los mercantes alemanes Max Albrecht (fondeado en la ría de Ferrol) y Bessel (anclado en Vigo), ofrecieron apoyo logístico a las tripulaciones de los sumergibles germanos que volvían de sus misiones en alta mar.
Estos barcos suministraron combustible, torpedos, alimentos y agua a los sumergibles. En los hospitales de la zona también se asistieron a los alemanes heridos. 

El "Max Albrecht" fondeado en Ferrol 
El Bessel fondeado en Vigo, es raro que un buque civil lleve pintura de camuflaje
También se colaboraba en reparaciones y refugio de emergencia, como la que tuvo lugar en el puerto de Ferrol el 8 de septiembre de 1943.
Tras haber resultado averiado en una incursión de bombarderos navales aliados, el submarino alemán U-760 fue remolcado por dos pesqueros, el Salvador Lago y el Nuevo Florentino y puesto en espera para su reparación. Paso el resto de la guerra amarrado en el puerto de Vigo, al final del conflicto fue remolcado mar a dentro y hundido. Esta historia merece un articulo aparte.

La tripulación del U-760, al sol de Vigo
...Y os preguntareis, el porque de este rollo que os he metido, sin tocar el tema, de las hermanas Touza, bien. Quería dejar claro, que lo que hicieron estas mujeres no estaba exento de peligro, como mucha gente, podría pensar "aquí en España no pasaba nada, los judíos huidos se podían mover libremente por todos lados, sin peligro. Y a ellas nadie le hacia caso, porque en un pueblo como Ribadavia, nadie se fijaba. Ya habéis leído lo de las antenas de la red Sonne, instalaciones de máxima seguridad, el aeródromo de Las Rozas, otra instalación nazi, los barcos de suministro para los U-Boat, las minas de Wolframio...
Galicia era un nido de agentes del servicio secreto alemán, Geheime Staatspolizei: mas conocida, como Gestapo.

Comenzamos...

Lola, Amparo y Julia Touza

Su casa estaba tan solo unos metros del Ayuntamiento de la Villa, donde se encerraba a los presos durante la guerra civil. Ellas llevaban comida a los encarcelados, y desde la cantina de la estación, ayudaban tanto a los presos que eran transportados en convoyes a las cárceles de Vigo, como a los soldados que se apretaban en vagones de camino al frente. Fueron encarceladas durante la guerra civil por socorrer a republicanos,
De Lola Touza, la más guapa de las hermanas, se sabía que su imagen había ilustrado una estampa que circuló por el frente, durante la guerra civil para animar a las tropas. Era madre soltera, una más de las muchas de la época.
Lola Touza, segunda por la izquierda, en 1923






Corría el año 1941 ellas regentaban, además del casino de la localidad,en el que se jugaba a las cartas, y había un salón de baile, lugar también en el que las hermanas, en los duros años de la posguerra daban de comer y ofrecían ropa a gente que se veía obligada a emigrar en busca de trabajo.
Con los bailes organizados, no solo sacaban un dinero extra para capear las penurias de la posguerra, si no que hacían caja para su causa clandestina. Ramón Estevez Arango dice de Lola que "a su lado nadie pasaba hambre. Vendía cualquier cosa con tal de ayudar a un solo judío, porque era una persona extremadamente generosa." este es el pequeño puesto de madera en el que despachaban café, bocadillos y dulces a los viajeros. Los niños del pueblo aprovechaban los recreos del colegio para ir a su quiosco a comer dulces caseros. 

Quiosco de las hermanas Touza en la estación de Ribadavia




Las hermanas empezaron a tejer una red de fuga, dicen que la más importante de la península.
Esta se iniciaba en Gerona, en la frontera con Francia, y en un primer tramo llegaba hasta Medina del Campo, y desde allí continuaba hasta Monforte y Rivadavia, donde solían llegar los judíos al anochecer (llegaban a Ribadavia, identificados y contactados desde Monforte).


Los enlaces los conducían hasta su cantina de la estación. En la fase final, eran llevados a la frontera portuguesa, y desde el país vecino embarcaban rumbo a América.
El Cantábrico era más peligroso por estar controlado por los alemanes, ya que en la costa francesa tenían importantes bases de submarinos. Para esta labor, se rodearon de colaboradores fieles hasta la muerte, José Rocha Freijedo y Javier Minguez Fernandez (El Calavera), ambos taxistas, Ricardo Pérez Parada (El Evangelista), un tonelero que había aprendido inglés y polaco siendo emigrante en Nueva York y hacía de traductor, y el barquero Ramón Estévez.
Según la ruta que eligiera Lola, tenia tres: por senderos, carreteras locales o cruzando el Miño, actuaban sus cómplices, héroes anónimos también.



El cónsul portugués Aristides de Sousa Mendes Soarez de F. "Creemos que ella recibía telegramas de Sousa, avisando de las llegadas". Reconocido por la cantidad de visados que concedió a judíos que huían del Holocausto.

El número de visados otorgados por Aristides Sousa Mendes continua siendo discutido. Según algunos historiadores, Arístides habría salvado a 30.000 personas del holocausto.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el 3 de septiembre de 1939, Arístides se encontraba en Burdeos como cónsul. Portugal se declaró neutral, pero su tendencia fue desde el inicio pro-aliada. Copiando las políticas restrictivas de emigración ya adoptadas por los demás países europeos. El Dictador de Portugal António de Oliveira Salazar distribuye la "Circular 14" determinando que para los casos especiales de apátridas rusos y judíos, expulsados de sus países y portadores de "Pasaporte Nansen", los cónsules portugueses solo les podrán conceder visados, después de haber pedido autorización al Ministerio. En los demás casos, los cónsules podían seguir otorgando visados.
El Pasaporte Nansen fue un certificado expedido por la Oficina Internacional Nansen para los Refugiados como sustituto del pasaporte, que permitía a los apátridas o a las personas privadas de pasaportes emitidos por su propio país, la libre entrada y tránsito en otros países
Las cédulas fueron diseñadas por Fridtjof Nansen en 1922, como parte de sus gestiones para atender a la problemática de los desplazados surgida a raíz de los diversos conflictos armados del siglo XX sobre todo de antes y después de la Primera Guerra Mundial. Como resultado, Nansen fue nombrado Alto Comisionado de los Refugiados para la Liga de las Naciones, y fue uno de los motivos que contribuyó a que recibiera el Premio Nobel de la Paz.
Se reconoció que los visados que concedió de manera indiscriminada, fueron otorgados en una situación emocionalmente excepcional y disculpable.Al regresar a Portugal, Aristides sufrió una sanción, su salario fue reducido a la mitad durante un año.​
Sousa Mendes murió olvidado el 3 de abril de 1954 en el hospital privado de los franciscanos en Lisboa. Fue enterrado con el habito franciscano.En 1966 fue reconocido como Justo entre las Naciones por el Estado de Israel.

Cuando recibían el aviso, sabían si en el tren que llega ese día había alguien que las necesitaba. El interesado solo tenían que preguntar por “la madre", que era el apodo de Lola. Después, las tres hermanas los escondían en el quiosco donde había un zulo debajo de la mesa, el escondite que utilizaban para guardar el Cafe Sical que conseguían de contrabando y donde a duras penas cabía una persona tumbada.
Desde la estación, aprovechando la discreción de la noche, los trasladaba a su casa, donde los ocultaba hasta que fuese seguro cruzar la frontera y llegar a Portugal, bien caminando, bien en coche.
El mensaje de que un fugitivo había llegado corría a los oídos del Calavera, y en la noche elegida se consumaba la fuga a bordo de su taxi, un Dodge negro americano.
El padre del historiador Estévez, Francisco, aún vivo, explico. Lola se acercó a mi abuelo en la estación mientras cargaba un vagón de ladrillos y le dijo que tenía escondido a un señor que venía de Europa y que quería que él lo llevase a la frontera con Portugal, que está a 12 kilómetros de Ribadavia. Mi abuelo lo acompañó antes de que amaneciera junto a mi padre, a través del río, haciéndose pasar por pescadores, nadie se extraña de que unos pescadores madruguen. Este señor, en agradecimiento, les dio un "duro" de plata, que luego, muchos años después, entregamos a los nietos de Lola afirma Estévez.



Touza resume la hazaña de su abuela y sus tías como una historia de silencios. “Ellas ayudaban a estas personas de manera desinteresada y nunca lo hicieron público. Tampoco lo contó mi padre. Eran solidarias por naturaleza y no solo con judíos huidos, sino también con prisioneros de la Guerra Civil, a los que daban comida a través de los barrotes de la cárcel”. El arquitecto recuerda a su abuela como una mujer fuerte, con tesón y adelantada a su época. "Según he podido saber después, las tres pusieron en riesgo su vida en numerosas ocasiones. No era habitual que la Gestapo visitase la localidad, pero sí que, en alguna ocasión, vinieron preguntando por "la madre".
Ninguna de las tres hermanas se casó. Lola era madre soltera, y su hijo murió sin saber las hazañas de su madre. En los años 50, Lola, Amparo y Julia dejaron la actividad del casino y se dedicaron a atender solo la cantina de la estación. Lola murió en 1.966 de un ataque al corazón en la cantina, como apunta su nieto "con las botas puestas".

Una placa en su honor.

El 7 de septiembre de 2008, el Ayuntamiento de Ribadavia aprobó poner una placa en homenaje a las Touza. "A las tres hermanas Lola, Amparo y Julia Touza. Luchadoras por la Libertad", se puede leer en el que fue su domicilio en Ribadavia. El mismo año, el Centro Peres por la Paz plantó en Jerusalén un árbol con el nombre de Lola Touza que recuerda su labor. Desde entonces, la familia también espera que se les otorgue el título de Justas entre las Naciones, el máximo reconocimiento oficial que otorga el Estado de Israel. "Para que se les conceda este título se deben cumplir tres requisitos: que hayan salvado a un judío, que lo hayan hecho arriesgando sus vidas y que se haya llevado a cabo de forma desinteresada". Ellas cumplen todos", explica Touza.
Por su parte, el Centro Sefarad-Israel en España confirma que esta investigación se está llevando a cabo, pero no da fecha exacta para la resolución del proceso que califican como "lento y complicado". Por ello, el 13 de abril lanzaron una campaña para recoger firmas que apoyen su Expediente de Honra del Municipio. El Yad Vashem, institución creada para honrar a las víctimas y los héroes del Holocausto, tampoco ha precisado el momento previsto para el nombramiento.

Como se dio a conocer esta historia.

Un hombre de estatura elevada, barbudo y sucio, tapado con un abrigo de mendigo, está acurrucado en una esquina del único banco de madera del andén. Lleva todo el día mirando, de reojo pasar trenes Miño abajo. Cae la noche de abril sobre la estación de ferrocarril de Ribadavia. La voz sale desde el quiosco, famoso por las rosquillas, dulces de almendra y licor de café, que regentan las hermanas Touza: «Mira ese hombre, lleva todo el día ahí sentado sin coger un tren...». Año 1.941. Europa se desangra en la II Guerra Mundial.
El nombre de aquel flaco judío-alemán de ojos azules, llegado de Lyon, de donde se había escapado del campo de concentración con un asturiano al que las balas nazis mataron tras la huida, fue uno de los muchos que Lola y sus valientes cómplices se llevaron a la tumba, pero no han sido sus familiares quienes han descubierto el juramento de silencio que las Touza se hicieron en vida, si no un viejo judío neoyorquino que por 1.964 quiso saber qué había sido de aquella mujer que le llevó una noche sin luna a la libertad, al otro lado de la frontera.
Se llamaba Isaac Retzmann y, como tantos otros salvados por la cantinera ribadaviense, pudo alcanzar América en 1.943. Retzmann había conocido a un emigrante gallego en la Gran Manzana, Amancio Vázquez, y, sabiendo que éste volvía a su país natal de vacaciones, le pidió encarecidamente que preguntara por las hermanas Touza. Tenía 70 años y una delicada salud que le hacía presagiar una muerte anticipada.  
El encargo terminó llegando a un librero de Vigo, Antón Patiño Regueira, y con él empezó a alumbrarse esta historia oculta, que una crónica del periódico El Mundo desveló en exclusiva en un artículo de Paco Rego (Antón dejó escrito el borrador antes de morir, en 2005, ) la verdad de estos héroes de Ribadavia). Antón se interesó por la historia y se reunió con ellas; poco antes de su muerte, en el año 2005, y dio a conocer los hechos en su libro "Memoria de ferro".


Antón Patiño Regueira (1919 - 2005)  Memoria de ferro (Edicións A Nosa Terra, Vigo. 2005).




Hay noticias que este año se estrenará una película musical basada en la vida de las Touza. El nieto de Lola no ve posible el musical. Solo recuerda que Emilio Ruiz Barrachina, al que se mencionaba como director de la película, "escribió un libro sobre las tres hermanas, titulado Estación Libertad". "Lo que sí puedo contar es que he tenido varias reuniones con un español que forma parte del equipo de Steven Spielberg para hacer una pelicula que cuente su historia y no he rechazado la idea. También tengo previsto reformar la casa de mi tía y abuelas para convertirla en un pequeño hotel y centro de actividades que regenten los vecinos de la localidad", confiesa Touza.

ESTACIÓN LIBERTAD, EMILIO RUIZ BARRACHINA , 2016, LA ESFERA DE LOS LIBROS


Mientras tanto, a la espera de esa película, del reconocimiento o de la casa homenaje, la historia de Lola, Julia y Amparo continuara siendo discreta. "Quizá es lo que ellas hubiesen querido", concluye el nieto.






















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