viernes, 17 de mayo de 2019

Enriqueta Marti I Ripolles

La vampira de Barcelona.

Enriqueta Martí Ripolles. Nacio el 2 de febrero de 1868 San Feliú de Llobregat, un pueblo a 20 km de Barcelona, concretamente en la calle Falguera 57.

Casa de Enriqueta Martí en San Feliu de Llobregat, c/Falguera 57, 1912
c/Falguera 57, en la actualidad
De familia "payesa" Su madre murió cuando ella era muy pequeña, fue su padre Pablo Martí "el lindo" quien enseño a su hija a conocer las hierbas y sus utilidades.
 Pablo Martí "el lindo"  (joven)
Enriqueta fue contratada por un arquitecto de la burguesía barcelonesa, para cuidar de sus hijos durante las vacaciones de verano, que pasaban en su palacete de San Feliú.
Se dice que un día, unos de los niños, jugando, se hizo un corte en el brazo. Ella se lo limpio pasandole la lengua por la herida y después cubriendosela con unas hierbas que antes había masticado.
Los señores tuvieron que quedar muy contentos con sus servicios, porque decidieron contratarla y que se fuera a trabajar con ellos a Barcelona. En la calle 
Mientras vivió con la burguesía, y gracias a sus conocimientos de herbología, se hizo un nombre, tratando enfermedades venéreas a los caballeros y practicando abortos a las señoritas. La desgracia llego cuando una joven murió a consecuencia de ello.

Enriqueta Martí
Despedida y repudiada se vio obligada a prostituirse,comenzó a ejercer, por el Puerto de Barcelona y en el Portal de Santa Madrona, pero tenia la ventaja que sabia moverse entre la alta sociedad y conocía todos sus vicios.
En 1895​ se casa con un pintor llamado Joan Pujaló, un tipo muy extraño, vegetariano, que se pasaba el día comiendo alpiste (porque se había leído un libro de naturismo) y pintando cuadros con niños y niñas desnudos. Dice que amigo de Lerroux a quien le llego a pintar un retrato. Eso decía el, claro.
Según Pujaló, su matrimonio fracasó por la afición de Enriqueta al sexo, su carácter extraño, falso, impredecible y sus continuas visitas a "casas" poco recomendables. A pesar de estar casada, no dejó de frecuentar los ambientes de prostitución. Se separaron y nunca tuvieron hijos.

Joan Pujaló
Barcelona era una ciudad, sucia e insalubre en 1912 el censo era de 599.113 personas. En 1860 había sido de 190.000. En 40 años, la población casi se había triplicado.
Las clases mas bajas, se amontonaban en el Raval (me gusta mas barrio chino, pero eso fue a partir de 1925). De las 6.401 casas que había en Barcelona, 2.103 estaban en este barrio.



Medio siglo de urbanismo descontrolado había convertido el laberinto de calles estrechas en una colmena sucia y oscura. Algunos hombres dormían en las azoteas, junto a los palomares. En su estudio sobre los barrios de la ciudad, el periodista Josep María Huertas explica: «Era común que 40 o 50 personas vivieran en una casa».
La cercanía del puerto dio lugar a negocios como las Casas de Dormir, más conocidos como Hoteles del Hampa, en las que un catre costaba un real. Hay que añadir todos los desahuciados, que iban perdiendo la vivienda a medida que la Vía Laietana se abría paso: se derrumbaron 2.199 viviendas sin que se diera solución a los que las habitaban. Entonces, cualquier agujero se convertía en dormitorio.
Escribe Paco Villar en "Historia y Leyendas del Barrio Chino" que el barrio «donde la miseria no se podía esconder» existía todo tipo de violencia. Según la publicación "Lo Missatger del Sagrat Cor de Jesús", había de 8.000 a 10.000 "trinxerarires", que asaltaban a todo pardillo que apareciera por el barrio. Por la calle Carretas o Nou de la Rambla circulaba la morfina, había peleas a navaja, alcohol y cupletistas de 15 años que enseñaban pecho, cadera y lo que hiciera falta para ganarse el pan. En ocasiones, aparecían asesinadas. 


En ese ambiente, la vida de una niña o un niño no valía nada, según las estadísticas el 17% de los niños, morían antes del año y un 15,5% antes de los dos años. Los hijos mas que una bendición eran una carga y desparecían una media de 40 menores al mes. Corría el rumor que a estas criaturas, ademas de utilizar su sangre y órganos  para realizar pócimas y curar de enfermedades a la clase alta, su grasa era vendida para lubricar las ruedas de los trenes y los telares (estábamos en plena revolución industrial) Esto llevo a "la revuelta de Las madres de la Barceloneta" que asaltaron la estación de Plaza Catalunya y atacaron las locomotoras con bastones y palos.
Me olvidaba: y el tuétano de los huesos para hacer pegamento, cola, para encuadernación de libros y  la antigua  masilla "pez" para cristalería, que olía horrible, a podrido.


Estación Plaza Catalunya 1905
La tuberculosis era muy común por el hacinamiento de las personas, la suciedad y a que se contagia por el aire.
Ese es el motivo de las casas señoriales con grandes ventanales en cumbres y promontorios, para tratar de curar de esta enfermedad a algún miembro de la familia, como el Castillo de Torre Baró, en Barcelona.
Esta enfermedad produce, tos con esputos sanguinolentos, debilidad, pérdida de peso, falta de apetito, palidez y languidez (depresión) Si añadimos el periodo menstrual, las mujeres que la padecían, sufrían una constante perdida de sangre.
Se las podía ver cada mañana en los mataderos, con sus tazas y las blanquecinas caras tapadas con velos, para tomar su ración diaria.
Las que eran un poco mas pudientes, enviaban recaderos para que se la llevaran a casa y no pasar la vergüenza, las clases altas, recurrían a los "sacamantecas" como Enriqueta Martí, que asesinaban niños para preparar ungüentos y elixires.
Pero a pesar de todo la tuberculosis era una enfermedad elegante, a principios del siglo XX, las grandes heroínas de las novelas y del teatro solían morir, de forma bella y romántica de tuberculosis.
Bebedora de sangre, dando la espalda al fotógrafo
Castillo de Torre Baró, Barcelona
Enriqueta en su deambular por burdeles, vio una oportunidad de ganar dinero. Comezo a ofrecer niños y niñas de 3 a 12 años a sus clientes de la alta sociedad.
En 1909 fue detenida en su piso de la calle Minerva 6,en el barrio de Gracia, de Barcelona acusada de regentar un prostíbulo donde se ofrecían servicios sexuales de menores. Junto a ella, fue detenido un joven de una familia de la burguesía Salvador Vaqué, hijo del director en España de una compañía de seguros francesa Tenia un cabaret en La Bisbal y un burdel con jovencitas en el barrio de Horta. Gracias a las amistades y el dinero, fue puesto en libertad.

Salvador Vaqué
La revista Cu-cut ya hablaba de la empresa Martí, Pujaló, Vaqué y Cia.

¡Cu-Cut! fue una revista satírica barcelonesa de ideología catalanista de comienzos del siglo XX. Se publicó entre 1902 y 1912 y consiguió gran popularidad.


Hay el rumor, que un pederasta (hijo de un diputado en Las Cortes) asesino a  un niño en el burdel, Enriqueta lo descuartizo y lo hizo desaparecer, si no hubiese acaecido la  muerte de la criatura, no hubiese sido mucho problema, la pena por violación de un menor era de 50 pesetas, el sueldo medio era de cuatro pesetas al día, tampoco era una gran condena. Gracias a sus contactos con personalidades barcelonesas que contrataban sus servicios, Enriqueta nunca fue a juicio y la documentación se perdió en algún despacho.
Enriqueta se hizo con una red de mendigos que recorrían Barcelona vigilando que niños estaban mas desatendidos, porque en caso de desaparecer, nadie se molestaría mucho en buscarlos.
Incluso ella se vestía como una pordiosera, para buscar victimas, solía frecuentar el Liceo Poliglota, un colegio laico situado en Rambla Catalunya 21, que daban sopa y ropa a los pobres. Consta que secuestro un niño en la cola de la comida, sencillamente llevándoselo de la mano.


Por la noche se vestía con sus mejores galas y tomando un carruaje se dirija al Casino de la Rabassada, a un edificio anexo conocido como "La maison du mort" un burdel de alto standing donde ofrecía sus servicios.
La "maison du mort", en la actualidad
Pienso, y esto es cosa mía, que posiblemente la "habitación de los suicidios" se encontrara aquí. primero por el nombre del lugar y luego, pues... ¿que mejor forma de irse, que después de un revolcón?
Era una habitación, completamente enracholada de blanco, en el centro había una mesa con una cubitera, una botella de champagne (si, champagne, no esa ordinariez de cava) una copa y un revolver con una bala. Después de arruinarse en la ruleta o en la maquina de carreras de caballos, en esta habitación, fácil de limpiar, se volaban la cabeza, Según la leyenda, los empleados del casino, recogían el cadáver, lo transportaban a Barcelona y después de llenarle los bolsillos de dinero (para no comprometer al casino) lo tiraban en cualquier calle.

Vista del Gran Casino de la Rabassada
Sala de la Ruleta
Maquina de carreras de caballos
Al mismo tiempo que hacía de proxeneta de niños, también ejercía de curandera. Los productos que utilizaba para fabricar sus remedios estaban compuestos por restos humanos de las criaturas que mataba. De esos niños lo aprovechaba todo, la grasa, la sangre, los cabellos, los huesos los pulverizaba,  por eso nunca se encontraron cuerpos.
Regento una herboristeria en la calle Riera Baixa 18, donde comerciaba sus productos.

Riera Baixa 18. En este soportal, estaba la herboristeria de Enriqueta.
El 10 de febrero de 1912 secuestró a Teresa "Teresita" Guitar Congost una niña de cinco años que vivía en la calle Sant Vicenç 21, cerca de la calle Ponent (hoy Joaquin Costa) con sus padres y un hermano.
El gobernador civil de Barcelona  Manuel Portela Valladares,días antes, trataba de convencer a todos de que era "completamente falso el rumor que se está extendiendo por Barcelona acerca de la desaparición durante los últimos meses de niños y niñas de corta edad que según las habladurías populacheras habrían sido secuestrados…".


Manuel Portela Valladares
Llevaban dos semanas buscándola, cuando una vecina, Claudina Elías, vio el 17 de febrero a una niña que nunca había visto en el entresuelo del número 29 en la calle Poniente, con la cabeza rapada mirando desde un ventana del patio de luces. La pequeña jugaba con otra niña.
Era la casa de la vecina del entresuelo, en la que vivía con un niño y una niña, pero el lamentable estado de aquella criatura con la cabeza rapada no le resultaba familiar. "Mira que si se tratara de la desaparecida Teresita".

Claudina Elias

Ventana del patio interior por la que Claudina, vio a Teresita
Claudina, extrañada, comentó el hecho al colchonero de la misma calle, le hizo saber que creía que esa pequeña era Teresita y que le había hecho sospechar la extraña vida que llevaba su vecina. El colchonero se lo hizo saber a un agente municipal, José Assens, y éste, a su vez, se lo comunicó a su jefe, el brigada Ribot.

Colchoneria, marcado con X el piso de Enriqueta en la c/ Poniente

Colchoneros de la calle Poniente
El guardia José Asens y el brigada Ribot se presentaron a primera hora de la mañana del 27 de febrero, (diez días después del aviso de Claudina) llamaron a la puerta del entresuelo 1ª del número 29. Les abrió una mujer que acababa de despertarse.

-Buenos días. Vengo a inspeccionar su domicilio, pues hemos tenido una denuncia de que tiene usted gallinas.

-¿Gallinas? ¿A quién se le ocurre? Eso es mentira.

-Si me permite…

El brigada Ribot entro en el piso descubriendo al fondo del pasillo a dos niñas de corta edad. La dueña de la casa reaccionó y le dijo que sin una orden del juez no podía pasar. Pero no había tiempo para esas cosas. Ribot se acercó a la pequeña, que tenía la cabeza rapada.

-¿Cómo te llamas, guapa? 

-Felicidad

-¿No te llamas Teresita?

La niña vaciló y acabó diciendo: "Aquí me llaman Felicidad".
Ribot preguntó a la mujer quién era aquella niña y ella respondió que no lo sabía, que se la había encontrado en la Ronda de San Pablo el día anterior y le había dicho que estaba perdida y que tenía hambre y ella se la había llevado a casa. "La otra es mi hija y se llama Angelita", añadió. No había ningún rastro del niño que la vecina decía haber visto en repetidas ocasiones.

José Asens, a la derecha, Teresita,. Agachado, Joaquin Sostres, alcalde de Barcelona

Fue detenida y una vez en la Jefatura de Policía, que entonces estaba en la calle de Sepúlveda y cuyo máximo responsable era José Millán-Astray, (padre del fundador de la Legión Española), fue identificada como Enriqueta Martí Ripollés, de 43 años y con antecedentes por corrupción de menores.

Detención de Enriqueta Martí
Las declaraciones de las dos niñas, demostraron que Enriqueta Martí era mucho más que una prostituta corruptora de niños. Teresita contó al juez que aquella señora, nada más llegar al piso, le dijo: "¿Verdad que sientes picor en la cabeza? Anda, hija mía, déjate cortar el pelo y te pondrás buena".
Teresita
Angelita


La niña se dejó hacer mientras la mujer le decía que a partir de ahora se llamaría Felicidad, que ella era su madre y tenía que llamarla "mamá" cuando salieran a la calle. Pero nunca salió a la calle ni podía asomarse al balcón o a las ventanas. Le daba mal de comer (patatas cocidas y pan duro) no le pegaba, solo le pellizcaba.Su única distracción era jugar con Angelita, (ella no llegó a conocer a Pepito).Un día Angelita le dijo: "Vamos a ver qué tiene mamá en los sitios donde no nos deja entrar". Teresita tropezó con algo que resultó ser un saco. Lo abrieron, había un cuchillo grande y unas ropas de niño manchadas de sangre.
La declaración de Angelita fue aún más sobrecogedora. Ella sí conoció a Pepito, un niño rubio de su misma edad con el que solía jugar hasta que un día… "Mamá no se dio cuenta de que yo la vi cómo cogía a Pepito, lo ponía sobre la mesa del comedor y lo mataba con un cuchillo. Yo me fui a mi cama y me hice la dormida".
En la inspección del piso se encontró un saco con ropa de niños llena de sangre y un cuchillo, otro con ropa sucia que en el fondo tenía huesos humanos de pequeñas dimensiones y una cincuentena de jarras, botes y palanganas que contenían restos humanos.
Pero lo más tremendo todavía estaba por llegar. Los del juzgado se quedaron atónitos cuando entre aquellas habitaciones sórdidas y malolientes descubrieron un suntuoso salón amueblado con gusto exquisito. El mobiliario, las lámparas, el cortinaje, las butacas y los sofás debían de haber costado una fortuna.
En un armario colgaban dos trajes de niño y otros dos de niña; había medias de seda y zapatos a juego con los trajes. También fueron encontrados las pelucas rizadas y los finos trajes de confección que Enriqueta vestía en sus misteriosas salidas.
Se encontraron notas cifradas y una lista con nombres de familias y personalidades muy importantes de Barcelona, que incluía a médicos, políticos, empresarios y banqueros, algunos creyeron que podía ser la lista de clientes ricos de Enriqueta. Posteriormente se informó que esa lista sólo incluía nombres de personas encumbradas a quien Enriqueta mendigaba con regularidad. Un poquito sospechoso, para mi gusto.

Angelita, fue confiada temporalmente al conserje del Palacio de Justicia. Su esposa Macaria Durán
Se registraron mas pisos donde había vivido Enriqueta: un piso en la calle Tallers,72 donde había vivido con otra mujer Amelia Bayo a la que explotaba sexualmente. Allí recibía a sus amistades. Según declaro Amelia en el pozo que existía en el retrete, Enriqueta solía tirar "cosas" con frecuencia.


Amelia Bayo 

Retrete y pozo en c/Tallers

c/ Tallers 72, en la actualidad
En la calle Minerva 6, donde regento un burdel donde había sido detenida en 1909, hallaron huesos y dos cabelleras rubias de niñas de corta edad.

c/ Minerva 6 en la actualidad
En el piso de la calle de Picalquérs 3 donde había vivido de 1902 a 1905 fueron descubiertos en un escondite en la cocina más huesos, entre ellos varias manos de niño. Dice la crónica que "con los huesos fue encontrado un calcetín de niño que debió de pertenecer a un hijo de familia muy humilde, porque está zurcido y añadido desde su mitad con hilo de otro color".

Cocina del piso de c/Picalquers. Marcado con X escondite con restos humanos

Detalle del escondite

c/ Picalquers 3, en la actualidad
En la calle de los Jocs Florals 155, (conocida como La casa azul). En el barrio de Sants descubrieron en el jardín de la casa una calavera de niño de tres años y una serie de huesos que correspondían a niños de 3, 6 y 8 años. Algunos restos aún tenían prendas de ropa, con remiendos, que daba a entender que Enriqueta tenía por costumbre secuestrar niños de familias muy pobres y con escasos medios de buscar a su hijo desaparecido.

1912. Jocs Florals 155

2019. La baranda donde se apoyaba Enriqueta Martí, es la misma.



En su casa de San Feliú de Llobregat, propiedad de la familia también se hallaron restos de niños en recipientes, y "libros de remedios". La casa estaba cerrada por la mala administración del padre de Enriqueta, según el testimonio de su ex-marido, Juan Pujaló.

Según la policía, los restos hallados en todas las viviendas correspondían a un total de doce niños.


Enriqueta fue encarcelada en la prisión Reina Amalia de Barcelona, (derruida en 1936) a la espera de juicio y mientras continuaban las investigaciones.
Celdas
Estaba emplazada entre la Ronda de San Pablo y la calle Reina Amalia, donde hoy en día se encuentra la plaza Maria Folch i Torres y el Instituto Milà i Fontanals.
El espacio en la actualidad
Intentó suicidarse cortándose las venas con un cuchillo de madera, cosa que hizo estallar la indignación popular, porque la gente quería que Enriqueta llegase a juicio y fuese ajusticiada en el garrote vil, además de revelar las identidades de su clientes.
También intento ahorcarse con su propio pelo. Las autoridades de la prisión hicieron saber mediante la prensa que se habían tomado medidas para que Enriqueta no se quedara nunca sola, haciendo que las tres reclusas de mas confianza para la prisión compartieran celda con ella. Tenían instrucciones de apartarle las sábanas en caso de que se tapara para evitar que se abriese las venas a mordiscos.

Enriqueta en la cárcel con su abogado, Sr. Barriobero y el periodista del Heraldo de Madrid Adelardo Fernández Arias (Alias, El duende de la colegiata) que la entrevisto en prisión.

¿Por qué tan prestigioso abogado querría defender a Enriqueta Martí? En la entrevista, Enriqueta agradece al director de la prisión que la haya "ayudado tanto".

Otra acontecimiento curioso, fue el robo en el piso de la c/Poniente del colchón de una de las camas, lo mas extraño es que sucedió estando vigilado por la policía, todavía continuaban las investigaciones.

Al cabo de un tiempo se encontró flotando en el puerto el cadáver del notario-gestor-administrador de Enriqueta.




Heraldo de Madrid 04/04/1912 

El proceso de la secuestradora.

Desfile de testigos-Pujaló, Vaqué y Pablo Martí Barcelona 4 (2 15 4)

Nada interesante ha ocurrido en el proceso de los secuestros.

A pesar de la festividad del día, el juzgado trabajo esta mañana siguiendo el desfile lento pero continuo de testigos.

Declararon varios vecinos de Enriqueta, sin aportar ningún dato nuevo, pues la vida retraída de la secuestradora, hacia que nadie se enterase de sus asuntos.

.... hoy la acostumbrada visita de cárceles, aprovechando Pujaló, el marido de Enriqueta, la ocasión para insistir en su inocencia.

Vaqué lamento que se diga que es amante de Enriqueta, añadiendo que como es hombre casado y con hijos le perjudica notablemente lo que se viene propagando acerca de sus supuestas relaciones con la secuestradora.

Pablo Martí, por su parte pidió también que se le permitiera ampliar la primera declaración e insistir en su inocencia.

Pablo Martí, octogenario, saliendo de los juzgados
Entrevista a Enriqueta. 
(Buscare la forma de poder leerla y la transcribiré, como un anexo)
Una aragonesa de Alcañiz la reconoció como la secuestradora de su hija de meses, unos cuatro años antes. Por aquel entonces Enriqueta, con una extraordinaria amabilidad para con la mujer exhausta por un viaje muy largo desde su tierra, consiguió que le dejara a su hija. Con una excusa ingeniosa se alejó de la madre para después desaparecer. La madre nunca recuperó a su hija ni tampoco llegó a saber qué hizo con él.

La buena mujer se sintió agotada y se sentó en el umbral de una casa. Una desconocida, de tono amable, se le acercó; era Enriqueta.
-¡Qué nena tan bonita!, ¿quiere que le dé un rato el pecho?

-A mi hija nadie le da el pecho más que yo -respondió la baturra.

-Pues a mí me gustaría dárselo. Me parece que lo que usted tiene es hambre. Vamos a esa lechería, que le pago un vaso de leche. ¡Pobre mujer! Traiga, que ya le llevaré yo a la niña.

Y la mujer, que estaba desfallecida de hambre, siguió a la desconocida y entró con ella en la lechería. Enriqueta pidió un vaso de leche y exclamó de repente:

-Pero le sentará mejor con pan. Espere, que ahora mismo lo traigo.

Salió con el bebé en brazos y nunca regresó. Seis años tuvieron que pasar hasta que la pobre mujer de Alcañiz volviera a ver frente a ella, para identificarla, a la que le había robado a su hija y sabe Dios lo que habría hecho con ella.

El matrimonio de Alcañiz, Manuela Fuster y Blas Castellano con uno de sus hijos, que han reconocido a Enriqueta Martí como la secuestradora de su hija, cuatro años atrás.
Manuela Bayona, esposa del guardabarreras de la calle Calabria, también reconoció a Enriqueta por intentar secuestrar a su hija, en la caseta, donde aveces se sentaba a comer el rancho que recogía en el cuartel cercano.
Caseta del guardabarrera, Manuela y su hija
Salvadora Parici, denuncio que también había intentado secuestrar a su hija María Miralles un año atrás.
Salvadora Parici

María Miralles
Ante las abrumadoras pruebas, Enriqueta acabó reconociendo que era curandera y que vendía filtros y ungüentos. "Confecciono remedios utilizando determinadas partes del cuerpo humano".
En cuanto a Angelita confesó que cuando había asistido a su cuñada María Pujaló, le había mentido haciéndole creer que la criatura había muerto al nacer para quedarse con ella.
En lo referente a Pepito, se le preguntó por su paradero y ella dijo que ya no estaba con ella, que se lo había llevado al campo porque se había puesto enfermo. Repetía la excusa que le había dado a la vecina, la señora Claudia Elías, cuando ésta le preguntó por el niño, extrañada de no verlo ni escucharlo. Pepito había llegado a sus manos, según ella, porque una familia le había confiado al niño para que se hiciera cargo de él.
El testimonio de su asesinato, explicado por Angelita, más las pruebas de la ropa encontrada en un saco, el cuchillo y algunos restos de grasa fresca, sangre y huesos, hicieron añicos la excusa de la asesina. Esos restos eran de Pepito. Tampoco pudo justificar cuál era la familia que le había confiado al niño, quedando claro así que el pequeño era otro menor secuestrado.

La noche del 14 al 15 de abril de 1912, sesenta días después de su detención, naufrago el Titanic, copando toda la prensa y olvidándose el caso de Enriqueta Martí. 



En los diarios del 13 de mayo de 1913 se leía una pequeña noticia. "Enriqueta Martí murió de madrugada, la asistieron dos reclusas y que las mismas internas pidieron poder velar el cuerpo".
Este final no esta muy claro, unas fuentes dicen que murió de cáncer de útero y otras, que fue linchada por un grupo de presas.
Su fallecimiento no dio la oportunidad de que en un juicio se aclarase la verdad y todos los secretos que escondía. Fue enterrada con toda discreción en la fosa común del Cementerio del Sudoeste, Fossar de la Pedrera, situado en la montaña de Montjuïc en Barcelona.

Fosa común en la actualidad (Fossar de la Pedrera) dejo de utilizarse en 1979

SEBASTIAN D´ARBÒ ENTREVISTA  A TERESA GUITART,  LA ÚLTIMA VICTIMA DE ENRIQUETA MARTÍ.
Teresa Guitart Congost, última víctima de Enriqueta Martí y única superviviente de aquella macabra historia, Residía en Barcelona, junto a su marido, Joan Rosell, a fecha de esta entrevista (1991) ambos tenían más de 90 años. Teresita, se había convertido en Doña Teresa.
¿Todavía se acuerda de lo que le pasó?
-Bastante, porque fue una vivencia que me impresionó mucho. 

¿Cómo la raptaron?
- Yo era muy pequeña, tenía solo cinco años. Eran hacia las 20:30 y hacía frío. Salía de una fiesta que hizo en su casa una compañera de colegio. Iba acompañada de mi madre, Aba. Volvíamos a casa andando por la calle de Sant Vicenç, cuando una señora amiga de mi madre nos paró y se pusieron a hablar. La calle ya estaba a oscuras, iluminada solamente con farolas de luz de aceite. Mientras mi madre hablaba yo de distraía mirando el escaparate iluminado de una tienda de productos de limpieza. De golpe me echaron encima una manta de lana empapada con cloroformo y ya no me acuerdo de nada
mas, hasta que después desperté en casa de una mujer muy fea, era Enriqueta Martí.

¿Qué le hizo esta mujer?
-Me quitó el vestido, toda la ropa, menos los zapatos. Me cortó los cabellos al rape y luego me cambio de nombre. Me dijo que si alguien me preguntaba algo, yo tenía que decir que mi nombre era Felicidad y era hija suya. Me encerró en una habitación a oscuras y no me daba casi nada de comer. Como yo gritaba diciendo que quería irme con mi madre, ella me martirizaba pellizcándome continuamente, retorciéndome la carne. Me torturaba tanto, que al verla entrar en el cuarto yo prefería no gritar, porque sabia que me haría mas daño.

¿Cómo consiguió escapar?
-Fue casualidad. Un día la mujer se marchó olvidando cerrar la puerta con llave y entonces Angelina y yo, empujando la puerta conseguimos abrirla. Salimos corriendo las dos hacia el comedor, luego fui hacia la cocina en donde había una ventana y subiéndome a una silla saqué la cabeza por la ventana. Por casualidad en el otro lado del patio había una mujer, una vecina que se quedó mirando y me vio, pero entonces llegó la secuestradora y rápidamente, de un golpe, me sacó de la ventana y la cerró. Fue un descuido de ella que le costó caro.

¿Qué pasó entonces? 
-A esa misma mujer la secuestradora se lo negó todo. Luego la vecina habló del asunto con otra vecina del piso de abajo llamada Claudina, que sabia que había niños en el piso porque escuchaba nuestros pasos y saltos, y también se extrañó. Las dos vecinas hablaron con la señora Antonieta, de la matalasería (colchonería) y entonces se lo dijeron a un municipal llamado Josep Asens.

¿Cómo era Enriqueta Martí?
-Era fea y muy extraña. Cada día salía a la calle vestida muy pobremente, como una gitana. Por la mañana iba a cada día a misa, después pasaba por el cuartel de la calle Bonsucces a recoger las sobras del rancho que nos daba después a nosotras. Por la noche, sin embargo, cambiaba totalmente. Se vestía como una gran señora, venia un coche a buscarla y marchaba toda la noche. No sabemos adónde iba, aunque nos lo imaginamos por lo que se descubrió después.
Creo que me salvé por los pelos.

Sebastián D´Arbo y Teresa Guitart.




ANEXO I. Día 20 del mes de abril de 2020.
Hoy he tenido que ir al centro.
He aprovechado para darme una vuelta por el Raval. He querido refrescar la memoria, imaginarme ese barrio en 1912 y tomarme una pinta de Guinness en una terraza de la Plaza Castilla, ya que estamos.
He pasado por la calle Sant Vicenç 21, donde vivía Teresa Guitart “Teresita” cuando fue raptada.
Después la calle Poniente 29 (hoy Joaquín Costa) donde Enriqueta vivía y tenía secuestradas a las dos niñas Teresita y Angelita, también se supone que allí asesino y descuartizo a un niño “Pepito” de cinco años, según declaro Angelita,
Me he parado en la cera de enfrente para ver todo el edificio, la portería, el balcón y las ventanas del entresuelo 1ª
El Raval en esa época estaba superpoblado. Por diferentes causas y motivos ni siquiera se sabia los habitantes que tenia. El caso que allí estaba yo, viendo pasar la gente, unos empujando carretillas de reparto por las tiendas, las mujeres con grandes faldas, los hombres con trajes oscuros y grandes bigotes, de fondo el ruido de las herraduras de un caballo en los adoquines y el crujir de las ruedas de un carro.
De repente ha chocado conmigo una niña de la edad de Teresita que venia corriendo, ha continuado calle abajo, mientras su madre le gritaba que se parara. Esto no tiene nada de paranormal, ni misterioso, era la hora de salida de los colegios. Pero no he podido evitar mirar hacia el piso, no se, quizás el fantasma de Enriqueta miro entre las cortinas para ver a esa niña que gritaba.

1 comentario:

  1. La Casa de Mobles Más no era donde nació Enriqueta Martí, es justo un edificio que hay al lado,lo se porque el portón de madera que aparece en la parte izquierda de la fotografía,todavía existe.

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